El lobo y el cordero (Esopo)
Acosados por la sed llegaron a cierto arroyo un lobo
y un cordero. Púsose a beber éste en lo más bajo de
la corriente; aquél, por lo contrario, fuése a lo más
alto.
«- ¿Por qué has enturbiado el agua mientras yo bebía?
dijo el lobo, buscando así un pretexto de rifia.
- ¿Estás loco? repuso el inocente cordero; si el agua corre
hacia mí desde donde tú te encuentras; ¿cómo, pues,
he de enturbiarla yo?»
A tal argumento hubo de callar y morderse los labios
nuestro lobo. Pero reponiéndose un tanto, afiadió al
poco:
«- Pues has de saber que hace seis meses me
llenaste de injurias.
- ¡Seis meses!, contestó el infeliz cordero; ¡pues si
no tengo más que cinco!
- Bien; entonces sería tu padre...», y arrojóse sobre
su codiciada víctima y la devoró.
y un cordero. Púsose a beber éste en lo más bajo de
la corriente; aquél, por lo contrario, fuése a lo más
alto.
«- ¿Por qué has enturbiado el agua mientras yo bebía?
dijo el lobo, buscando así un pretexto de rifia.
- ¿Estás loco? repuso el inocente cordero; si el agua corre
hacia mí desde donde tú te encuentras; ¿cómo, pues,
he de enturbiarla yo?»
A tal argumento hubo de callar y morderse los labios
nuestro lobo. Pero reponiéndose un tanto, afiadió al
poco:
«- Pues has de saber que hace seis meses me
llenaste de injurias.
- ¡Seis meses!, contestó el infeliz cordero; ¡pues si
no tengo más que cinco!
- Bien; entonces sería tu padre...», y arrojóse sobre
su codiciada víctima y la devoró.
Cuando los fuertes se empeñan en tener razón, ¡pobres
de los débiles, que de nada les sirven argumentos y verdad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario